22/10/08

De inutilitate

Nos decía Santo Tomás en el prólogo de la Suma que la proliferación de temas inútiles [multiplicationem inutilium quaestionum] impide aprender a los novatos. Siendo advertencia tan importante, no debemos dar por hecho que sabemos centrarnos en los problemas útiles. De ahí que hagamos una breve reflexión sobre la utilidad de los estudios. Por ejemplo, decimos que una investigación nos parece poco prometedora, si sospechamos que no producirá nuevos conocimientos que ayuden a explicar un problema: será, según creemos, una investigación inútil. Lo que nos hace pensar que lo útil nos sirve para algo, y lo inútil, no.

Explica Santo Tomás (1-2 S. Th. q. 16 a.3) que usar [uti] consiste en emplear una cosa para algo [applicationem alicuius ad aliquid]. Lo que se emplea para algo, es porque tiene su razón en un fin [se habet in ratione eius quod est ad finem]. Así, el uso siempre se refiere a lo que está destinado a una finalidad [semper est eius quod est ad finem]. Por eso se llaman útiles [utilia] las cosas que se acomodan a un fin [ea quae sunt ad finem accommoda].

Si de lo que hablamos es de los estudios, diremos que son estudios útiles los orientados a su finalidad, que es el objeto que investigamos, e inútiles, los que nos hacen dar rodeos, interrupciones, o nos llevan a vías muertas. Por eso no debemos perder nunca de vista en nuestros estudios su finalidad, y comenzar los temas sabiendo, aunque sea oscuramente, dónde queremos llegar.

El peligro de dispersarnos en asuntos inútiles, lleva a plantearnos la necesidad de moderar la curiosidad en nuestros estudios. Santo Tomás nos enseña que la curiosidad [curiositas], que no hay que confundir con el afán moderado del estudio [studiositas] es un vicio, porque ser curiosos sin moderación no es propio de nuestra dignidad. El bien del hombre consiste en conocer lo verdadero [bonum hominis consistit in cognitione veri], aunque el sumo bien del hombre no consiste en conocer cualquier verdad, sino en el conocimiento perfecto de la suma verdad [in perfecta cognitione summae veritatis] (2-2 S. Th. q. 167 a.1 ad 1).

Son cuatro, según el Aquinate, los modos en que se desordena el afán de estudiar, y se hacen inútiles los estudios:

1. Desviarse de los estudios obligatorios, a otros menos útiles [inquantum per studium minus utile retrahuntur a studio quod eis ex necessitate incumbit] (por ejemplo, ocupar el tiempo leyendo noveluchas, en lugar de estudiar el manual de la asignatura).

2. Investigar cosas prohibidas (Santo Tomás pone el ejemplo del "ocultismo": de his qui aliqua futura a daemonibus perquirunt, quae est superstitiosa curiositas).

3. Estudiar la naturaleza olvidando que ha sido creada por Dios [quando homo appetit cognoscere veritatem circa creaturas non referendo ad debitum finem, scilicet ad cognitionem Dei].

4. Quien estudia problemas que superan su capacidad intelectual, lo que provoca incurrir con facilidad en el error [inquantum aliquis studet ad cognoscendam veritatem supra propii ingenii facultatem].

[Imagen vía: modern mechanix]

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